19.2.11

Zudo #12

¿Héroe? (2 de 2)
Historia: Zirijo

I

Una explosión, mucho polvo en suspensión y el cuerpo de Richard Butler, Ultrabot, volando por los cielos. Luego, una voz.

 - Zudo, por fin nos vemos otra vez… ¡Ahora terminaré lo que empecé en el desierto! – exclama Elena, con un cúmulo de energía oscura en sus manos.

- ¿Qué estás haciendo Elena? – pregunto consternado.

- Elena no, Shadow.

Luego de ser salvados de las manos de “Control”, Ultra Force me ofreció ayudar a Elena, que estaba muy dañada por el control mental de este villano. Ellos nos llevaron hasta su morada, nos recibieron con los brazos abiertos, pero…

- ¿Qué te pasa Elena? ¿El desierto?... no me digas que…

- Una trampa, Zudo… todo este tiempo ha sido una trampa – me interrumpe Shadow, ya no Elena… sino que su nombre clave como secuaz de Smash.

El Amo de los Espejos sale de la sala destruida por la explosión apuntando uno de sus “Rayos-reflejo” apuntando a la espalda de Shadow. Dispara, pero ella lo ve venir, y utilizando una de sus manos, llenas de energía oscura, absorbe el disparo.

- ¿Sigues aquí? – pregunta, arrogante – Pensé que con la explosión sería suficiente.

- Veo que no me conoces, muchachita. Esto recién comienza… Ultra Force, ¡Formación de batalla! – exclama el Amo de los Espejos.

De inmediato, los sorprendidos Halcón Dorado y Estrella Fugaz se alinean en algún tipo de formación circular.  El primero en lanzarse al ataque es Halcón.

Elena está buscando algo. Mira en todas direcciones, mientras se acerca Halcón Dorado con su ataque. Busca hasta que lo encuentra, y de un solo movimiento esquiva la estocada del héroe y lo lanza a los escombros. Sale corriendo y lanzando pequeñas bolas de energía oscura hacia el humo. Cuando, y por el ataque, se disipa la cortina de humo, veo a Scream.

- Ella es a la primera a la que debo eliminar – dice Elena, acercándose lo suficiente para esquivar el pequeño grito que logra emitir la heroína, y dejarla fuera de combate con un golpe, directo al plexo solar.

Elena, observa la situación, y espera.

- ¿Qué estás haciendo? Esto no debería estar pasando – le grito, desde donde estoy. No he dado ni un paso, congelado por la sorpresa y la amargura.

- Sigues siendo el niño que capturamos en Angalileo, ¿no es cierto, Zudo? No has aprendido nada. Ni siquiera te diste cuenta de las llamadas, de mis desapariciones. Ingenuo Zudo, viste lo que querías ver, y ahora tus amigos pagarán por eso.

Elena sigue lanzando energía hacia todas direcciones, levantando más polvo. Ella se mueve, busca la sorpresa y el descuido. Estrella Fugaz es el siguiente en caer. Un ataque por la espalda.

- Sigues tú, hombre calvo… tu equipo no puede conmigo – dice Elena, detrás de la cortina de polvo.

- Smash hizo un buen trabajo contigo muchacha. Debió entrenarte desde pequeña en el arte del combate – alaga el Amo de los Espejos a Elena - Pero hay algunos que nacen con algo que no se puede alcanzar… Valor.

II

¿Qué estoy haciendo? ¿Dónde estoy? ¿Qué quieren que haga? No puedo sacarme estas preguntas de mi cabeza. Desde que todo esto empezó me las hago más frecuentemente. Siempre quise una vida emocionante, pero no como ésta. Mi padre, que ni siquiera sé qué hace, ni quién es. Mi madre, que se fue de casa por culpa de mi padre. Mi hermano, lo dejé en Angalileo… La Casa Roja, Codex, Smash, Elena… tantas personas que hay en mi vida, y ni siquiera sé de qué se trata todo esto.

Mis pies quieren huir, estar lejos de todo este ruido y humo. Las ráfagas de viento y polvo no me dejan tranquilo. En esa pelea, en un lugar ya muy lejano de mi memoria, vi una sonrisa en su rostro. Vi que por primera vez hacia feliz a alguien con lo que hacía. Me llené de orgullo y seguí, pero… todo era una mentira. ¿Mi vida es una mentira? ¿Puedo seguir con esto?

¿Una puerta?, ¿Dónde estoy?... esta puerta… ya la había visto antes. Ya he estado aquí, con Control. Puertas abiertas, dan a cuartos llenos de recuerdos, llenos de lágrimas y sonrisas. Puertas que dan a cuartos llenos de momentos lluviosos, melancolía, dolor y pena. Pero hay una puerta cerrada.

Es distinta a las demás. En sus costados hay cristales… energía, calor y paz. Sellan la puerta por completo. La puerta está hecha por miles de trozos de otras puertas.  ¿Qué demonios, se puede oír algo?  ¿Son gritos? Si, son gritos, pero gritos llenos de odio, cargados de resentimiento.

Hay una grieta. Sale una especie de líquido rojo y negro… sale de a poco y está llenando los otros cuartos. ¿Qué pasa si lo toco? Toma vida… está tomando forma… ¿Un escudo?
Corre por mi mano derecha hacia la izquierda y se transforma en un escudo alargado. Siento mi corazón palpitar más fuerte… cada vez más fuerte. Cada latido hace que el escudo se vuelva más pesado y más grueso. ¿Qué hay del otro lado de la puerta?
 El liquido que brota de la grieta en la puerta se abalanza sobre mí. La puerta sigue agrietándose y al parecer, no resistirá mucho.

La espada nace de mi brazo, y luego… luz en mi espalda… luz en mi otro brazo… luz en mis piernas… luz por todo mi cuerpo. La puerta se rompe por completo. El  extraño líquido semejante a sangre, inunda cada habitación que tiene sus puertas abiertas. Por algún motivo hay una que logra cerrarse, con una señal muy extraña en ella, pero es demasiado tarde para las demás. Un mar rojo y negro inunda todo… no hay como respirar. De pronto quiero… quiero… gritaaaaAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!

III

- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! – puedo oír mi propio grito.
Abro mis ojos y allí está el Amo de los Espejos que sigue enfrentándose a Elena. Ella sola, y con el entrenamiento de Smash, pudo acabar con la formación de batalla de Ultra Force.

- Por fin despertaste, Zudo – dice el Amo de los Espejos, escupiendo un poco de sangre – necesito una mano con tu novia.

Mi cuerpo hierve, siento que mi piel no es suficiente para contenerme, quiero crecer… pero de formas desconocidas. Luego, comienzan a brillar letras de un dialecto antiguo, muerto, que no me dejan “expandirme”. “Codex”, pienso.

- ¿Qué estás esperando Zudo, una invitación? – pregunta burlona Elena, que aprovecha una pequeña distracción del Amo de los Espejos para atacarlo.

Puedo ver como se mueve. Se mueve lentamente, sé donde irá, sé por donde, sé cómo y cuanto tiempo le tomará hacer lo que quiere hacer. Puedo verlo.

Corro como nunca antes corrí, más rápido que en Las Vegas, más rápido que en contra de Control. Corro y pongo mi brazo para detener el ataque de Elena.

La explosión la hace volar lejos, pero yo estoy protegido por mi escudo, nacido milisegundos antes del contacto.

Me levanto y camino lentamente hasta donde cayó Elena luego de la explosión. Mi brazo está palpitando de energía. El escudo y la espada son pesados, pero no me cuesta moverlos.

- No eres nadie, Zudo. Has pasado tu vida huyendo. De tu realidad, de tus padres, de tus sentimientos, de Smash. Tu padre estaría desilusionado.

Al mencionar  a mi padre siento más ira. Una completa desconocida, ¿cómo sabe ella qué sentiría mi padre?

Elena concentra un poco de energía oscura en su brazo para intentar lanzármela, pero yo ya estoy ahí. Me lanza un golpe con la energía en su puño, pero me cubro con mi escudo, y antes que pueda suceder algo, le doy un gancho derecho.

- No sabes nada sobre mí, Elena. Pensaste que no podría hacer nada, pero soy diestro. No debiste bajar la guardia.

IV

- Fue llevada a prisión, Zudo, al igual que Control – me dice Scream, mientras toma mi hombro, tomando asiento en lo que queda de salón central.

- Lo siento, no… no quería que esto sucediera – contesto, ante la llegada del Amo de los Espejos al salón.

- Son los riesgos de ser lo que somos, hijo. Richard comenzó a sospechar de ella, y tenía razón. Debes evaluar con quien haces equipo.

- No más errores, Amo de los Espejos – contesto – De ahora en adelante iré solo en mi camino. Mis problemas, mis responsabilidades.

Se esboza una sonrisa en el líder de Ultra Force, que no entiendo, pero Scream es quien interrumpe el momento.

- ¿Dónde irás ahora? – pregunta ella.

- Debo volver a EEUU, a terminar lo que inicié en Chicago.

- Yo lo llevaré – dice Scream – Ustedes deben limpiar este desastre.

V

- Hemos vuelto. Espero que te haya servido de algo esta experiencia – me dice Scream, mientras descendemos en las afueras de New York.

- Sólo que no puedo confiar en nadie – respondo triste.

- Creo que deberías pensar un poco más sobre esto – me comenta, abriendo la puerta de salida y haciendo un gesto con la mano, algo así como una despedida.

Me bajo de la nave de Ultra Force y espero a que se vaya. No quiero seguir pensando en esto, quiero dejar de sentirme miserable y solo.

En eso, puedo sentir la presencia de más gente a mi alrededor. Los acusa un sonido imperceptible para cualquiera, pero con lo que me acaba de pasar en la base de Ultra Force, creo que ya no soy cualquiera.

- El Shogun quiere verte – dice alguien desde la sombra.

- ¿El Shogun? ¿Quiénes son ustedes? – pregunto.

- Somos parte de La Rosa de Colores. El Shogun Blanco desea verte, y envía un mensaje.

- ¿Qué mensaje?

- Dice que te prepares. Que se vienen tiempos difíciles, y necesitamos toda la ayuda posible. Que conserves esos momentos de felicidad en tu corazón, porque no volverán.

Epilogo.

La nave de Ultra Force parte hacia EEUU con Zudo en su interior, y deja a la base secreta del grupo de héroes, en ruinas. La sonrisa en el rostro del Amo de los Espejos es evidente, y es Estrella Fugaz quien no puede aguantar a preguntarle que le sucede.

- No deberías estar sonriendo en este momento, Luke, puedes ofender a alguien… no digo que a mí, pero a cualquiera que haya puesto mucho sudor y trabajo en lo que ha hecho este equipo – dice Estrella Fugaz, con la ironía a viva voz.

- No puedo contenerme, Estrella Fugaz. Una nueva generación de Ultra Force ha nacido hoy.


-
El fin, y un nuevo comienzo...

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