21.2.09

Zudo #3

Secretos de las Estrellas (3 de 3)
“The Red House”
Historia: Zirijo.

I

- Despierta, despierta, Shadow – muevo a la mujer que era la encargada de eliminarme en el complejo militar – Las Vegas no están tan lejos.

La mujer comienza a moverse y a despertar. Me mira sorprendida y luego se levanta a toda prisa del suelo.

- ¿Dónde estamos? – pregunta.

- En la mitad del desierto, estamos cerca de Las Vegas.

- … y tú, ¿quién eres?

No me extraña su pregunta. Me conoció como una bestia atada con cadenas, en esa sucia celda.

- Price, Zudo Price.

Sus ojos se abren de una forma sorprendente, y se aleja de mi unos pasos.

- Eras tú al que me mandaron a matar, pero me resistí. Y luego de eso… no recuerdo nada más. Pero eras tú el que estaba en la celda. ¿Cómo? ¿Qué pasó?

- Realmente intentaste matarme, pero al parecer estabas bajo algún tipo de hechizo o algo así. Pero logramos deshacer esa influencia de tu mente.

- ¿Logramos?

- Si. Me ayudó un “amigo”. Pero eso no importa ahora. Necesito respuestas.

II

Caminando por el desierto y con el sol a punto de salir, Shadow me explicó que trabajaba para una unidad secreta del ejército de los Estados Unidos, especializada en el tema de metahumanos. Me contó también que cuando cambió la administración, entró un tipo con ideas revolucionarias y reestructuró todo dentro de la unidad. Él es quien está detrás del meteoro del que hablaba el General Smash, el tipo que me tenía capturado. Él fue quien empezó a movilizar toda esta idea de capturar gente y aplicar métodos más violentos. Shadow había entrado hace poco a la institución. Después de descubrir sus poderes, la buscaron para que se les uniera y trabajara en el proyecto. Aceptó y recibió entrenamiento especializado. Por el uniforme se ve más grande, pero no tiene más de 24 años.

Me habló después de una serie de desapariciones de científicos en las instalaciones de la división de Eria, y que mi padre había desaparecido también, pero que fue el último en desaparecer. El informe oficial decía que huyó con información de máxima seguridad y que se había transformado en la persona más buscada de Norteamérica. Por eso fueron a mi casa. Por eso entraron, pero el haberme hecho prisionero y haber destruido la evidencia y todo eso, eran prácticas que ella no compartía, y tiene la sospecha que a ella la van a inculpar de traición o algo así. Le expliqué sobre su condición, sobre Códex y lo que me había hecho, y que tenía que encontrar a mi padre para pedir explicaciones y saber que está pasando en realidad. Si había huido, era porque había descubierto algo o había cometido algún delito o algo.

- Bien, ahora hay que conseguir un automóvil y conseguir dinero. Es lo más urgente – dijo Shadow. Quiero saber su nombre verdadero, pero no me atrevo a preguntarle, no todavía.

- Necesito saber de mi familia, de mi hermano, si está bien. Hay que encontrar un teléfono.

Caminamos por las calles de Las Vegas. Los negocios están abriendo y los casinos cambian de turno. La ciudad de la diversión no para. La luz del sol sólo es capaz de hacer pelea con las luces de neón que reinan en las noches de Las Vegas. Esta ciudad lo tiene todo. En Eria hay una ciudad como esta, se llama Luck City, la ciudad de la suerte. Para vivir en esta ciudad también hay que tener suerte. La constante entrada y salida de gente, hace de Las Vegas una de las ciudades más peligrosas del mundo. Continuamos caminando hasta parar en una tienda de ropa. Shadow entra en la tienda y le digo que la esperaré en la cafetería de enfrente. Creo que no he comido por tres o cuatro días. En realidad no siento tanta hambre, pero como dicen por ahí, el desayuno es el alimento más importante del día.

Mi inglés es regular. Eria es un país bilingüe, se habla español e inglés. Pero no hablo mucho inglés. Pido un café y unas tostadas sin mucho problema, y trato de pedir información sobre la ciudad, donde podemos alquilar un automóvil y detalles para el viaje, pero quedo mudo cuando veo a Shadow venir cruzando la calle. Viene con un par de jeans ajustado, polera ajustada también y con su pelo negro al aire. No puedo despegar mi mirada de ella. El mesero se ríe y se retira.

- Estaba pidiendo indicaciones – inmediatamente le digo cuando llega a la mesa.

- ¿A quién? – me pregunta con curiosidad.

- Al mesero, aquí…. – me giro y no hay nadie – Estaba aquí hace un momento.

Mis mejillas se ruborizan y ella ríe. Su sonrisa es angelical. Detendría el tiempo si pudiera.

- En fin… – dice ella para romper con el silencio – La idea es ver si sigo siendo parte de la unidad metahumana del ejército o soy una traidora a la nación.

- Eso estaría bien… Así, si es que sigues dentro de la organización, podemos usar información y contactos.

- Voy a hacer una llamada, espérame aquí – dice mientras se aleja hacia el teléfono del local.

Quedo respirando su perfume y mirando el cielo. Mientras miro el cielo, veo una cosa que se mueve. Es un avión que se acerca cada vez más a Las Vegas… viene a toda velocidad en picada directamente a chocar con la ciudad. Trato de avisar a Shadow, pero ella sale corriendo desde adentro de la cafetería, y trata de decirme algo, pero no la dejo.

- Shadow, tenemos que salir de aquí. Viene un avión y podemos estar en su camino de colisión.

Y apenas le digo esto, el avión se estrella en el pavimento arrastrándose por la calle, llevándose consigo negocios, automóviles y personas, entre las víctimas. Se acerca cada vez más a la cafetería, hasta que de la nada, el avión se detiene de golpe. Nos acercamos a ver que sucede y de atrás de la aeronave caída se levanta en vuelo un hombre. Enmascarado y con capa, el hombre nos habla:

-Muy buenos días, ciudadanos americanos. La situación está bajo control, no hay nada que temer.

En ese momento explota uno de los motores de las alas del avión, pero cuando sucede, Shadow usa sus sombras para bloquear el fuego y los escombros, para que no dañara a nadie. El sujeto que se suspendía en el aire se detiene a mirarnos. Dice algo a un pequeño micrófono que utilizaba y nos señala:

- Alto ahí, delincuentes. Ustedes hicieron esto. ¡Están bajo arresto! Todo lo que digan puede ser utilizado en su contra.

III

- Soy el Sargento Blackjack, y estás bajo arresto, Shadow – repitió el tipo que volaba.

- Es lo que tenía que contarte – me dice Shadow – Me borraron de la base de datos. He sido tachada como traidora a este país. Ahora soy una fugitiva y estoy bajo arresto.

- Pero podemos hacer algo… – la consuelo, mientras que el tipo que se hace llamar Blackjack nos interrumpe.

- No intenten resistirse. No pueden contra mí, y las fuerzas del orden.

- Espera un momento, podemos explicarlo todo – le interpelo, pero Shadow toma mi brazo.

- No hay nada que podamos hacer. Este tipo es parte de la organización a la que pertenecía. Es un tipo fuerte, Zudo.

Al escuchar mi nombre el tipo de capa se pone alerta, dice algo a su diminuto micrófono y advierte.

- Zudo Price, estás arrestado en el nombre de los Estados Unidos de América. Tengo órdenes de ejercer la fuerza necesaria para ponerte bajo arresto.

- Pero si no hemos hecho nada – digo mientras camino hacia la calle.

- No te muevas Price. Un solo paso más y tendré que ejercer la fuerza. No me provoques.

- Nosotros no hemos hecho nada, somos inocentes de todos los cargos… Estábamos aquí cuando calló el avión – me giro para mirar a Shadow y ver si estaba bien, pero siento como Blackjack me toma de los brazos.

- Te lo advertí, estás bajo arresto – me dice el tipo enmascarado.

Trato de soltarme porque no he hecho nada.

- Estás resistiendo el arresto, esto es una falta grave. Tendré que noquearte.

Me lanza un golpe, pero me agacho, y Shadow le lanza unas bolas de energía. Blackjack me suelta, y le devuelve el poder a Shadow, pero ésta lo esquiva. Blackjack se dirige hacia donde está Shadow para reducirla, pero ella se defiende y trata de encerrar en la oscuridad al supuesto héroe, pero éste esquiva la técnica y la toma del cuello.

- No te resistas, mujercita. Esto es por traicionar a tu país – le lanza una bofetada a Shadow, mientras estoy recuperándome.

La ira me consume, la violencia toma todo mi ser y me dispara hacia donde se encuentra el payaso de capa. Lo golpeo con toda mi fuerza. Y el tipo choca con una muralla. Recojo a Shadow, y le pregunto si está bien. Me va a contestar, pero Blackjack viene furioso a devolverme el golpe. Para su desgracia, yo estoy más furioso que él. El tipo trae una cara enloquecida. Me asusto un poco y me cubro con mis brazos. La intensidad de la energía que circulaba por mi cuerpo se concentra en mi brazo izquierdo, y de repente, un escudo se forma, recibiendo el golpe del protector de Las Vegas. Le doy un golpe en el mentón y luego una patada de seco en el pecho. El Sargento Blackjack queda tirado en la calle, tratando de levantarse, pero sin poder hacerlo. El escudo desaparece tal como apareció, y la energía vuelve a dar vueltas dentro de mi cuerpo.

- Vámonos de aquí, antes que este chiflado se pueda levantar.

Mientras corríamos por las calles de Las Vegas, unos tipos se pusieron a correr a nuestro lado. Los miramos con desconfianza.

- Corran a “The Red House”, ahí estarán seguros – dijo uno de los hombres. Luego se fueron, cada uno por un callejón diferente.

Corríamos derecho por la calle, hasta que en el final de ella, había una gigantesca casa de color rojo, con una gigantografía que decía “The Red House”.

- No tenemos más opción – me dijo Shadow – Es lo único que nos puede salvar de este loco que nos quiere entregar.

- ¿Pero, no será demasiada coincidencia que nos hayan interceptado en el camino?

- Las coincidencias no existen, Zudo – dice, terminando la discusión.

Entramos a “The Red House”, y yo, al menos, lo hago con un tanto de desconfianza.

- ¿No será un poco aventurado? – insistí.

- Esos tipos dijeron que podíamos escondernos aquí. Deben tener algún tipo de seguridad para que no entren estos locos enmascarados.

De pronto, una puerta en el fondo del pasillo se abre, dejando salir una luz más cálida que la del sol. Nos acercamos a la puerta, y tomo el brazo de Shadow, que iba delante de mí.

- Déjame pasar antes. Puede ser una trampa, y no quiero que nada te pase.

Me miró con sus ojos que se ponían cada vez más abiertos cuando nos acercábamos a la luz. Aceptó, y pasé al frente. Entramos a la habitación, y un gran sillón nos esperaba.

IV

Llegando desde el lejano desierto, el General Smash entra también a su oficina, en una oculta instalación militar en los Estados Unidos de Norteamérica. Se pone en contacto con uno de los encargados, y entra el Comandante Fontaine.

- Señor, tenemos noticias. La comunicación se ha perdido con la base del sector 0882, y hemos perdido coordinación mental con Shadow.

- Era lo que me temía – contestó Smash – Este es el peor de los casos. Con Zudo suelto, buscando a su padre, y con Shadow de su lado… Eso es exactamente lo que no tenía que pasar. ¿Cómo va el proyecto para volver a tener bajo nuestro control a Shadow?

- Vamos avanzando. Ya estuvo una vez bajo el programa de coordinación mental, así que es solo cuestión de tiempo para que se presenten las condiciones para tenerla de nuestro lado nuevamente.

- Me parece bien. Ahora ingrese en los archivos que Shadow es una fugitiva del gobierno. Lo más probable es que sea en Las Vegas donde la vean. Prepare las tropas de limpieza.

- Ya lo hice y tenemos buenas noticias. Coincidió con el otro “accidente”, por lo tanto tenemos excusas para perseguirlos.

- Dos grandes noticias en un solo minuto. Felicitaciones, Comandante. Está haciendo méritos. Creo que tendrá grandes posibilidades en el futuro.

- Espero que sí, señor.

Interrumpe un encargado de comunicaciones.

- Señor, tenemos noticias acerca de que desaparecieron los fugitivos, y que el Sargento Blackjack está herido. No es nada grave, pero podría haber sido peor. Nos dicen que fue unos de los que estamos buscando. Sus características coincidían.

- ¡Maldición! No se puede delegar a nadie una tarea tan simple como traer a dos metahumanos a la prisión. ¡Tráiganlos a como dé lugar! – el golpe del puño del General Smash en su escritorio se escuchó por todo el complejo militar.

V

- Zudo Price, y Elena Krumm, alias Shadow, sean bienvenidos a “The Red House” – nos saluda una voz que parecía venir del gran sillón que nos daba la espalda.

- ¿Quién eres tú, y como sabes nuestros nombres?

- La información es el mejor poder que se puede ejercer en estos días, jovencitos, y yo, el Barón de la Casa Roja, soy el encargado de administrar todo tipo de información. Ustedes están aquí porque se metieron en un gran problema al ir en contra de la autoridad, y nosotros somos los únicos que pueden mantenerlos vivos después de eso.

Su voz era calmada, y era la misma que nos habló hace un rato. Se había vuelto mientras nos hablaba. Era un hombre de rostro tapado por una máscara, y con un sombrero extraño. Vestía muy formal, y cuando hubo dicho estas palabras, se levantó. Caminó hacia nosotros y su estatura no superaba la mía. Nos miró directo a los ojos y prosiguió.

- Lamentablemente ustedes ya no cumplen con los requisitos para ser parte de nuestra organización, pero podemos ayudarlos con lo que necesiten. Tenemos grandes planes para ustedes si nos ayudan con algunas cosas.

- ¿Cómo podemos confiar en ustedes? – pregunto serio.

- No tienen otra opción. El gobierno los persigue, no puedes volver a Eria, y además, ahora que me han visto, si no cooperan con nosotros sufrirían las consecuencias… Ese error tendría que ser solucionado.

Con Shadow, o Elena como la llamó el Barón, nos miramos y no supimos que decir. No había otra salida. Si no era confiar en ellos, era entregarse a las fuerzas de Blackjack, y eso no era opción.

- Muy bien, “Barón”.

- Barón de la Casa Roja, si es tan amable, señor Price.

- Barón de la Casa Roja, cooperaremos con ustedes, pero deben asegurarnos nuestra integridad física y mental, en especial la de Shadow.

- Muy loable de su parte, mister Price, y me parece de muy buen gusto. Miss Krumm no será dañada de ninguna forma por nuestra organización.

El Barón de la Casa Roja se vuelve a sentar en su escritorio y continúa.

- Tienen un automóvil fuera de la Casa Roja. Es suyo. Ahí hay identificaciones falsas, un par de celulares y dinero. Si necesitan algo más, solo deben enviar un mensaje de texto al único número que está en la lista. Cuando lo utilicen DEBEN borrarlo. El siguiente número que llegue será el próximo contacto. Lo que deben hacer les será revelado muy pronto. Conocerán a mucha gente en el camino, por lo que no se encariñen con nadie. Son todos soldados del nuevo orden. Bienvenidos a la central de enlace de “La Rosa de Colores”.

Salimos de la habitación con las llaves de un automóvil y con nuestro destino en las manos de La Rosa de Colores.


Fin...
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