25.10.08

Brand New Start #9

“El Fabricante de Dioses”
Historia: RXM.

I

            El hombre que se identificó como Códex estuvo varios minutos hablando a los defensores acerca del viaje que había hecho desde Inglaterra hasta Eria para llegar a ellos y contarles lo que sabía. Los héroes escuchaban con atención su narración, porque este hombre parecía ser sincero y confiable, demostraba seguridad y amabilidad en sus palabras.

            —Así que has venido a contarnos lo que sabes acerca de Logos… pero, ¿cómo llegaste a saberlo? —preguntó el Amo de los Espejos.

            —Lo más probable es que no lo sepan, ya que no es algo que suela salir a la luz, pero mi nombre, Códex, es el nombre que se la da en cada generación, desde hace centurias, al guardián de la magia en todas sus formas y amo del conocimiento mágico de todos los planos. Por ello, tengo acceso a planos que ustedes no pueden ver y que la mayoría apenas imagina que existen. En esta nueva era que comienza he decidido darme a conocer como el actual Códex, porque el mundo lo necesita.

            Los héroes estaban más que sorprendidos con esta revelación. Nunca habían escuchado hablar de ese “cargo” de “guardián de la magia” y todo lo que les había dicho este hombre. Pero existían leyendas que hablaban de antiguos hechiceros que acumulaban un gran poder mágico y se transformaban en hombres sabios y poderosos, tal como Merlín, a quien Códex mencionó como el más conocido de sus antecesores.

            —Pero ya son suficientes palabras para presentarme. Es momento de que les muestre… —y diciendo esto, Códex se levantó y les indicó a todos que se ubicaran a su alrededor, formando un semi círculo.

            Los defensores se prepararon, y Lady Star, que había accedido hasta cierto punto aceptable a la mente del hechicero, movió la cabeza afirmativamente, en señal de confianza en la veracidad de sus palabras.

            —Lo que verán ahora, será simplificado por sus sentidos, para que puedan comprenderlo —les advirtió Códex—. Haré un hechizo que nos dará acceso a un plano que ustedes no conocían previamente, y que nos mostrará parte de lo que realmente pasó con Logos…

            Y dicho esto, los ojos de Códex brillaron, y pronunciando unas extrañas palabras provocó que todo el salón se transformara a vista de los presentes, en un plano de existencia completamente distinto. Los ojos de los defensores también brillaban, y a través de ellos veían un extraño lugar donde parecía no haber tiempo ni espacio. Y Códex comenzó su narración.

II

            “Hace cuatro años, tras caer derrotado por los grupos de héroes más poderosos de dos mundos, el ser conocido como Logos quedó atrapado en el limbo ubicado entre ambas realidades. Su viaje interdimensional lo llevó por diversos planos, donde conoció cosas que nadie más conoce. Sin embargo, su destino final sería el que transformaría todo para él.

            Para comprender lo que realmente pasó, deben olvidar sus nociones de las grandes fuerzas cósmicas que existen. No se trata sólo de Cielo e Infierno como ustedes siempre han creído. Existe más que eso. Es muy largo de explicar, pero para que su entendimiento humano lo comprenda, les diré que existe una tercera fuerza universal de creación. Es un plano intermedio entre el Cielo y el Infierno, y en la Lengua de los Ángeles era llamado Nardom, aunque a su conciencia prístina, en lenguaje más vulgar, también se le ha llamado el “Fabricante de Dioses”.

            Por eones, esta conciencia, y por tanto, este plano, ha estado adormecido. Por ello es que no se conoce su existencia, al quedar relegado a un segundo plano en el eterno conflicto entre las dos fuerzas principales de la actual creación, el Cielo y el Infierno. Estas dos fuerzas ensombrecieron a Nardom durante toda la historia de la creación del actual universo, ocultando su existencia incluso para los más sabios y poderosos seres vivientes. Pero la realidad ha cambiado.

            Después de la que los humanos conocen como la “Última Guerra”, la realidad universal quedó en un estado de “catalepsia cósmica”, si es que pudiese darle un nombre. Pero las cosas no desaparecen, sino que solo se transforman. En lugar de nuestra realidad, surgió otra, donde una serie de hechos que no explicaré ahora, permitieron que la nuestra volviera a despertar, a seguir su curso. Pero con una gran diferencia: Nardom había despertado una vez más, y el “Fabricante de Dioses” estaba consciente.

            El resultado de la “Última Guerra”, y el despertar del nuevo mundo, no se tratan de si el Cielo y el Infierno aún “existen”, sino de que ahora también “existe” Nardom, y por razones lógicas, busca equiparar el poder que las otras dos fuerzas cósmicas llegaron a poseer en los eones que le tomaron de ventaja. Es lógico, porque el universo y todos sus planos deben mantener un equilibrio para seguir existiendo de la forma en la que lo conocemos, y los tres poderes cósmicos conforman ese equilibrio.

            Es así que a lo largo de su existencia, Nardom ha creado “divinidades”, tal como el Cielo lo hizo con sus propios Ángeles y Dioses, o el Infierno con sus Demonios. Itnok e Itfad, los dioses del Destino y la Fe del pueblo Hachit, son ejemplos de la existencia de Nardom. Pero necesita más. Y Logos llegó a Nardom por la casualidad que supuso el quedar atrapado entre planos tras su batalla con los Defensores Unidos y la llamada Liga de la Justicia. Por ello es que se le han otorgado poderes de nivel divino. Y debemos comprender que lo haga, porque Nardom lo hace para mantener el equilibrio necesario”.

            —Entonces, ¿Logos es realmente un dios? —preguntó intrigado Dragón Blanco, una vez que Códex terminó su narración.

            —Si ustedes consideran que Zeus, Ra, Quetzalcóatl y otros como ellos son dioses, entonces Logos también lo es —respondió Códex—. Y es normal que clame ser la razón por la que el nuevo mundo despertó, si consideramos que Nardom despertó junto al nuevo mundo.

            Los defensores aún estaban anonadados con el espectáculo que habían presenciado. El cuarto se había llenado de luces y habían visto la realidad deformarse de tal forma que no reconocían el lugar donde estaban de pie. O quizás no fuera el cuarto, sino que sólo lo que sus ojos les mostraban. Pero más sorprendidos habían quedado con la explicación. Logos era realmente un dios, y no tenían razón para negarlo.

            —¿Y qué deberíamos hacer ahora? —se preguntó Black Force, como pensando en voz alta—. ¿Sólo observar como la gente cree en Logos?

            —Ninguno de nosotros tiene el derecho a imponer lo que las personas deben creer —respondió Códex.

            —Pues bien —concluyó Lady Star—. Aunque él sea un dios, aún así no confío en su Iglesia. Debemos hacer un plan de contingencia. Y por ahora, sólo observaremos las consecuencias que todo esto traerá para el mundo…

III

            Todos y cada uno de los defensores habían quedado en un profundo estado de introspección, tratando de comprender y asimilar todo lo que se les acababa de revelar a través de la magia de Códex. Los que eran considerados líderes entre ellos, se encontraban reunidos junto al hechicero diseñando un plan de contingencia, y preparándose para las eventualidades del futuro cercano.

            Algunos otros defensores, ya más tranquilos, habían recurrido a los medios de comunicación para distraerse e informarse. De pronto, en la televisión se dio un anunció al que pusieron más atención:

            —“… la Asamblea de la ONU ha decidido dar un gran respaldo a la Iglesia de Logos, y ha invitado al Cardenal Raymond Curtis a una sesión extraordinaria donde se tratará la situación del mundo en relación a la nueva religión de Logos. La Asamblea será realizada mañana a primera hora, en la capital de Eria, y se desconoce si los defensores tendrán algún tipo de representación…”.

            Quienes escucharon esto de inmediato se lo comunicaron a todo el resto. Era fundamental que los defensores tuvieran participación. Por ello, incluyeron esa Asamblea en los planes inmediatos. Lady Star, el Amo de los Espejos y Dragón Blanco fueron los seleccionados para asistir. Mientras, Black Force se refirió a algo que preocupaba a la mayoría desde hace días.

            —La Mujer de Fuego y algunos otros de nosotros hemos seguido buscando a los desaparecidos, y no hay grandes novedades —dijo Black Force—. Pero gracias a la ayuda de Códex y Lady Star, hemos localizado a Quick.

            Un murmullo se extendió por el salón. Era un alivio escuchar eso. Sin embargo, Black Force continuó.

            —El problema es que no fuimos nosotros quienes logramos ubicarlo, sino que alguien contactó telepáticamente a Lady Star para decirnos que lo tienen. Y quieren que yo vaya a buscarlo, solo.

            —Debe ser una trampa, Black Force —dijeron varios, de inmediato.

            —Puede que lo sea —replicó este—. Pero no podemos arriesgar a Quick. Iré, y seré precavido. Debemos solucionar todo de una vez, y mañana será el día en que lo haremos… Vamos, ¡todos en marcha!

IV

            El calor del desierto no había logrado detener a dos jóvenes defensores que volaron por varias horas en dirección a la ciudad. Blackbird y el Hombre de Fuego ya habían llegado a una zona mucho más templada, y muy cercana a la ciudad, y además la noche les había dado refugio del calor. Sin embargo, les preocupaba no saber que había sido de Quick, a quien habían enviado adelante a prevenir a los defensores acerca de la verdad acerca de Logos, tratando de ayudar para que no se le opusieran e hicieran mejor las cosas.

            —Espero que Quick ya les haya contado a todos —dijo Blackbird.

            —Si, y yo espero que encontremos pronto alguna gota de agua —respondió con ironía el Hombre de Fuego.

            —¿El Hombre de Fuego hablando de agua? Qué curioso —dijo divertidamente Blackbird, tratando de relajar el ambiente.

            —Llámame Justin —le respondió—. Y créeme, aunque sea el Hombre de Fuego, también siento calor y sed.

            —Y yo soy Adam —dijo Blackbird, sonriendo—. Mi nombre es Adam Johnson.

            Justin sonrió, ya que al fin le había confiado su nombre. Y mientras hablaban con más confianza, la ciudad comenzó a aparecer frente a sus ojos. Habían llegado a Angalil, y ya estaba amaneciendo. Volaron sobre varias cuadras hacia los barrios más cercanos al centro de la ciudad. La gente que los veía pasar los miraba con extrañeza y recelo, y lo notaban. Mal que mal, eran defensores, y su imagen estaba por los suelos.

            De pronto, Blackbird sintió algo extraño. Era como si por un segundo, todas las emociones del lugar que los rodeaba hubiesen sido bloqueadas por un extraño vacío. Eso le provocó cierta angustia al joven defensor, y su poder comenzó a manifestarse con un aura negra alrededor de su cuerpo.

            —¿Qué sucede, Blackb… Adam? —preguntó preocupado el Hombre de Fuego.

            —No lo sé… es como si… algo o alguien pudiese… crear vacío…

            Y antes que terminara de decir eso, un poderoso rayo de energía pasó muy cerca de ellos, logrando apenas esquivarlo. Frente a ellos ascendían dos figuras: Erdol y Void.

            —Hasta aquí llegan, jovencitos. Tal como su amigo, Quick —dijo burlonamente Erdol.

            —¿Qué? ¿Qué le han hecho a Quick? ¿Quiénes son ustedes? —preguntó Blackbird.

            —Tu amigo podrá decirte que yo soy Erdol, y mi hermano en la fe aquí presente es Void —respondió Erdol—- ¡Y seremos los últimos a quienes verán mientras estén con vida!

            Y dicho esto, Erdol y Void lanzaron poderosos ataques sobre los jóvenes defensores. La batalla había comenzado.

V

            Black Force se dirigió al lugar que le había indicado el misterioso personaje que había contactado telepáticamente a Lady Star. Era la azotea de un edificio ubicado en los barrios marginales de Angalil. Cuando llegó, no había nadie allí. Aún.

            Inspeccionó cada rincón de la azotea y sus alrededores, tratando de descubrir cuál podía ser la trampa que le tenderían. De pronto, la puerta que conectaba las escaleras del edificio con la azotea se abrió. A través de ella, aparecieron dos figuras. Black Force se sorprendió enormemente, porque no esperaba a ninguno de los dos. Y de la sorpresa pasó a la ira, cuando no vio a Quick entre ellos.

            Predicador y Shark se pararon frente al defensor. Sus miradas se cruzaron, pero Shark no parecía tan decidido, por lo que desvió su mirada y se apartó. Black Force miró directamente a Predicador. Sabía lo peligroso que este hombre podía ser.

            —Black Force, es una buena señal que hayas venido tal como te lo pedí —dijo Predicador—. Y como verás, traje a Shark conmigo para que todo sea transparente, sin engaños.

            —¿Dónde está Quick? —preguntó violentamente Black Force—. ¿Acaso tú tienes a los chicos?

            —¡No te adelantes, Black Force! —le respondió Predicador—. Sólo puedo responder por Quick… Supongo que el resto podrá cuidarse solo… —y sonrió maliciosamente, para luego continuar—. Si quieres que te dé a Quick, deberá pasar algo antes… ¡Algo que hará que los defensores caigan definitivamente!

            Black Force se llenó de rabia y avanzó un par de pasos, hasta quedar a escasos centímetros de Predicador. Lo miró con furia y lo tomó de sus ropas.

            —¡Ya basta de juegos, Predicador! Si tú estás detrás de todo esto, ¡te juro que lo pagarás!

            De pronto, Black Force sintió un poderoso golpe en su cuello, e inmediatamente cayó al suelo, inconsciente. Predicador se acercó a él y miró su cuerpo derribado, sonriendo.

            Shark dio un paso más cerca del cuerpo del defensor y lo miró con una expresión de pesar. En su mano, tenía un gran trozo de concreto, roto por el golpe. Shark apenas pronunció unas palabras, susurrando.

            —Lo siento, Black Force...




Continúa...
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