10.10.11

Quasar #12

“Star Crusade” (3 de 3)
Historia: Rodrigo Roa


I


Planeta Zidril, sistema Alioth, constelación Ursa Maior.-

- No sé quien seas, pero no quiero problemas… - fue lo primero que escuchó Quasar.

- Yo… no soy… eh… tu… - titubeó – Pareces humano… ¿qué haces aquí?

- ¿Humano? Soy Hyperman, del planeta Dardac… ¿Tú eres…?

- Quasar… me llaman Quasar. Soy de la Tierra. Ellos… ellos me transformaron en esto…

- ¿Te refieres a los umnitas y sus aliados? Ellos también me encerraron… Ya veo… Al parecer tenemos enemigos comunes… Propongo que los detengamos, ¡y les hagamos pagar!

Quasar miró el piso, como analizando sus posibilidades. Pero sus pensamientos estaban nublados por la ira, confusos por las recientes revelaciones…

- Quisiera… destruirlos… - susurró con inusitada honestidad.

- Está bien, Quasar. Los acabaremos. ¿Puedes volar, verdad? Sigamos a la ciudad y sus naves… ¡Ven!

Pero justo cuando Hyperman se elevaba, un fuerte golpe de energía oscura lo derribó y lo incrustó en el concreto del piso.

Una figura de contornos que no paraban de vibrar, se formó frente a los ojos de ambos: era Entropy.

- Henry, viejo amigo – dijo - ¿No creerías que me perdería esta fiesta por nada, no? Te seguí desde la Tierra, no podía dejarte toda la diversión… ¡Cómo en los viejos tiempos!

Rápidamente, su figura se alargó y golpeó con gran potencia a Quasar, derribándolo.

Entropy se detuvo a observar al defensor en el piso.

- Escuché todo eso del “arma biológica perfecta”, y de lo orgullosos que están de ti, Henry… Ahora sí que no podrás negar que siempre te interesó todo ese poder que llevas dentro, ¿no?

El villano le dio una fuerte patada en el piso, y siguió hablando.

- Pero claro… no importa el daño colateral… no importamos los accidentalmente involucrados,  ¿verdad? ¡Ahora verán cómo sus propios desperdicios destruyen a su pequeña joya!

Pero justo cuando iba a propinar un potente golpe a Quasar, una tacleada de Hyperman desestabilizó al villano.

- ¡Sí que eres un desperdicio…! - dijo el héroe de Dardac, desafiante.

Quasar se levantó, y esta vez su furia era más grande que cualquier pensamiento. De inmediato atacó a Entropy con un golpe de puño y un rayo de energía que deshizo una parte de su cuerpo.

Hyperman voló a toda velocidad, y asestó otro golpe de puño, que deformó momentáneamente el rostro del extraño villano. Luego, lo tomó de uno de sus brazos, y lo arrojó varios metros hacia una pared que resultó destruida por completo.

Ni siquiera le dieron un segundo de respiro. Entropy trató de defenderse, y asestó un par de golpes, pero el poder combinado de Quasar e Hyperman era demasiado para él.

Uno tras otro, los ataques de los defensores lo debilitaban, y poco a poco fue perdiendo masa, y su figura se deformó hasta desaparecer, con un aullido de furia y frustración.

- ¡¡¡No será lo último que veas de mi, Henry!!! ¡¡Te odio Quasar, y pagarás por todo esto!! ¡¡Aaaaargh…!!

II

- ¿Quién era ese? – preguntó Hyperman.

- Antes fue mi gran amigo Jean Mills… Ahora enloqueció… algunos le llaman Entropy.

- Como sea, este sujeto nos quitó demasiado tiempo. Talascia se ha alejado demasiado… - se lamentó el defensor de Dardac - ¿Qué haremos?

- Yo… podría alcanzarlos… - respondió Quasar, con cierta timidez.

- ¿Estás seguro?

- Creo… que si…

Dicho esto, miró hacia arriba, y tomando seguridad a través de un hondo suspiro, despegó, transformándose en un rayo de luz rojiza, muy brillante, que se transportó de manera casi instantánea a la superficie de la ciudad flotante de Talascia.

Hyperman, anonadado, se elevó de inmediato para tratar de alcanzar a su sorprendente nuevo compañero, y voló a su máxima capacidad.

Varios minutos después, y una vez que hubo alcanzado la ciudad, comenzó a buscar a Quasar.

A pesar de la velocidad de Hyperman, las calles de Talascia parecían no terminar nunca. Observó en todas direcciones, pero no veía nada.

De pronto, un destello llamó su atención a cierta distancia.

Exhausto como estaba, voló hacia allí, y encontró la peor escena posible: Quasar estaba enfrentando a los científicos insectoides Bumasunoliumbh y Rbn Olietunl, pero parecía acorralado a las espaldas de un inmenso búnker.

- ¡Si lo quieren, tendrán que vérselas conmigo también! – gritó el dardakiano, mientras aterrizaba al lado de su compañero terrícola.

Pero desde las compuertas del búnker emergieron los peores refuerzos posibles para los científicos del planeta  Auxhiv: Hyperman y Quasar estaban súbitamente rodeados por los Guerreros Más Peligrosos del Universo

III

En algún lugar de la superficie del planeta Zidril, la figura de Entropy volvía a recomponerse lentamente.

Primero sus piernas, luego su tronco y sus brazos. Finalmente, su cabeza apareció en su lugar, y su oscuro cuerpo vibrante estuvo completo.

Tras expulsar un leve residuo de su energía, que se esparció alrededor, el villano exhaló e inhaló pesadamente.

Pero una sonrisa se dibujó en su rostro, mientras su boca emitía un sonido, una frase que parecía extasiarlo…

- Yo… soy el arma perfecta.



¡Finaliza en "Star Crusade" #14 y #15!
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