11.6.09

Extincion #3

“Adagio” (1 de 2)
Historia: Rodrigo Roa.

I

Eria, América.

Snowstorm se desvanecía, y ya casi no quedaba aire en sus pulmones. Su piel estaba cambiando de tonalidad, y esto asustó tanto a Blackbird, que lo hizo lanzar una descarga de energía que envolvió a la heroína, y la protegió, arrebatándosela de sus “manos” al Elemental del Aire, antes conocido como Tornado.

Blackbird se acercó a Snowstorm, y la tomó en sus brazos. Pero en ese momento, se dio cuenta que el enorme ser de aire lo miraba directamente, con sus “ojos”. Asustado, el héroe tragó saliva, y se preparó para lo peor.

Justo entonces, los miembros del R-Squad, y los recién llegados de la S.O.S., se pararon delante de él y la heroína inconsciente, como una barrera de protección.

- Tranquilo, Blackbird. No estás solo – le dijo Liebre, líder del R-Squad, para tranquilizarlo.

- Muy bien, Ugly Boy – dijo luego Relámpago – Aplicaremos tu plan. Dama Sol y yo usaremos nuestros poderes al máximo para dispersar a esta cosa… ¡Preparados todos!

Intentando hacer variar la temperatura del cuerpo de aire del Elemental, con la electricidad y el calor, para dispersarlo, o al menos hacerle perder el control, Relámpago y Dama Sol comenzaron a usar sus poderes al máximo. Pero, ¿sería suficiente ante un ser de tal poder?

II

España, Europa.

Las llamas en las que ardía Justin Smith eran más grandes que las que él podía generar con sus propios poderes. Le dolía, y realmente sentía que se quemaba, algo que no pasaba normalmente.

- ¡¡Hermana!! ¡Por favor! ¡Tienes que reaccionar! ¡No me hagas esto!

Gritaba con fuerza, pero la Elemental del Fuego no se detenía. Hacía el intento, además, de controlar las llamas. Pero el dolor era más fuerte.

- No… dejaré… que me quemes… - decía para sí mismo Justin – Debo controlar esto… No podrás quemarme… si el fuego… ¡viene de mi interior! ¡¡Aaargh!!

Haciendo un esfuerzo sobrehumano, Justin logró cambiar a su forma ígnea, y el fuego de su interior comenzó a dominar al exterior. La lucha del joven era intensa, y por cada vez que lograba controlarlo, la Elemental aumentaba la intensidad de las llamas.

De pronto, un campo de fuerza rodeó al joven defensor, y algo lo jaló hacia el suelo. Alejándolo del alcance de la Elemental, el R-Team, recién llegado, intentaba protegerlo. Booble, Centella, Xzector, Escudo y Miracle habían acudido en ayuda del poblado español, que ya ardía.

- Muy bien, muchachos – dijo Booble – los poderes de gravedad de Xzector lo mantendrán en tierra, y el campo de fuerza de Escudo lo protegerá de las llamas. ¡Es tiempo de que nos hagamos cargo!

Niebla, Arbalète y Toro Negro, se unieron al instante al equipo de radialterados, en la defensa de Justin, y de la ciudad. Todos ellos, juntos, intentarían hacer frente al poder imparable de la gigantesca criatura de fuego.

III

A poco andar, los Centinelas quedaron maravillados por el espectáculo que la tierra les ofrecía. Guardián Nocturno y Doctor Neutrón usaban algunos de sus implementos tecnológicos para iluminar el camino, y al mismo tiempo, observaban las formaciones rocosas, y las distintas capas geológicas que tenían frente a sus ojos.

El camino bajaba constantemente, conectando una serie de cuevas subterráneas. A pesar de que al principio se le hizo fácil avanzar, mientras más bajaban, más agreste se volvía la ruta.

- Es increíble – dijo el Doctor Neutrón – Aún en estas circunstancias tan anormales, la tierra nos ofrece un espectáculo maravilloso. ¡Miren estos fósiles! Y los minerales… ¡son preciosos!

Metros más abajo, observaron una maraña de raíces gigantescas, que cubría kilómetros y kilómetros del techo y las paredes de las cavernas. Los árboles y plantas de la superficie extendían su vida bajo tierra, dibujando hermosas e intrincadas sendas, que servían de refugio a una serie de pequeñas criaturas, de todo tipo. Aunque era un tanto aterrador encontrar seres desconocidos, y observar lo infinito de las raíces, también era sobrecogedor.

Todos estaban extasiados ante lo que veían. Pero Animal entendía que no podían distraerse por nada, ya que les aguardaba un larguísimo trayecto.

- Si queremos llegar hasta el centro de la Tierra, debemos apresurarnos. Queda mucho camino – dijo con seriedad.

– Tienes razón. Son más de 5.000 kilómetros los que debemos recorrer aún – complementó el Doctor Neutrón.

Los Centinelas apuraron el paso. Avanzaron mucho rato sin detenerse, e incluso corrieron a gran velocidad por varios kilómetros. Pasaron por amplias galerías, y por algunos pasajes angostos, donde algunos insectos más grandes de lo acostumbrado, los miraban en la tenue luz. El viaje recién comenzaba.

IV

Indonesia, Asia.

El Elemental del Agua continuaba con su paso destructivo por Indonesia. Las lluvias no cesaban, y las olas gigantescas provocaban la destrucción de varios poblados costeros del país.

Shark salió del cuerpo del Elemental, y Lady Star se acercó a él de inmediato.

- ¿Encontraste algo dentro de él? – preguntó la heroína.

- No hay nada, Lady Star – respondió Shark – Es sólo una masa de agua, no tiene órganos internos ni nada que podamos dañar.

Preocupada, la mujer siguió ordenando la resistencia humana, pero sin lograr detener el poder del agua.

Tetsu no Samurai y Karate Girl se presentaron frente a la líder de los Defensores Unidos, un tanto frustrados por no poder ayudar de otra forma.

- Lady Star – habló el samurái - ¿Qué puede hacer una katana y unos movimientos de karate, contra este poder?

- Ustedes pueden salvar a la gente, Samurai. Déjennos a nosotros lidiar con esto…

Megabot fue alcanzado por un poderoso chorro de agua, y sus circuitos comenzaron a fallar. Una gran preocupación inundó a la defensora. Ninguna buena idea venía a su cabeza. Por ello, le pidió a Shark que siguiera investigando, y se concentró en sacar a la gente, para lo que alentó a los Guardianes de Oriente.

Sentía que ya no les quedaba mucho más por hacer ante la superioridad de la naturaleza.

V

Zimbabwe, África.

Cuando Prototipo, Bett Keenan y Pantera llegaron a la capital del país, lo primero que vieron, fue la gigantesca silueta del Elemental de la Tierra, golpeando repetidamente el suelo, provocando potentes movimientos telúricos, que derribaban casas y edificios, incluso sobre la gente.

A los pies de esa gran figura, notaron a un grupo de hombres que trataban de luchar, aunque infructuosamente. Al acercarse, descubrieron que se trataba de un grupo de lugareños, apoyados por los villanos de Evolución, el grupo renegado de radialterados, compuesto por Quake, Vulcano, Ironhair y Elastic. No esperaban verlos allí, y menos ayudando a la gente.

- Nuestros poderes no son suficientes – dijo Quake a los recién llegados – Y tanto mis habilidades como las de Vulcano parecen no funcionar frente a esta cosa.

- Necesitamos apoyo… - pensó Prototipo, en voz alta.

Justo en ese momento, una nave pasó volando sobre sus cabezas, a gran velocidad. Dentro de ella, Ultra Force se preparaba para combatir.

-Muy bien, muchachos, ¡llegó la hora! – exclamó Amo de los Espejos. A continuación, Estrella Fugaz, Halcón Dorado y Ultrabot salieron de la nave, y volaron rápido hacia la enorme criatura.

El Amo de los Espejos se paró en la escotilla abierta de la nave, y juntando energía, lanzó un poderoso rayo Reflejo contra el Elemental, provocando que volara un trozo de uno de sus hombros de piedra. Lo único que consiguió con esto, fue que el ser de roca pusiera atención en la nave, y la atacara directamente.

Justo antes de ser golpeada por el gigantesco puño, el defensor tomó a Scream, y a través de un espejo instalado en la nave, escaparon. La nave se partió en pedazos tras el golpe, y los dos miembros de Ultra Force aparecieron en tierra, a través de otro espejo.

- Eso estuvo cerca – dijo Scream, aliviada.

Sobre sus cabezas, caían los trozos de la nave, y los demás miembros del equipo trataban de atacar. Una ardua tarea se les venía por delante.

VI

Los Centinelas se detuvieron después de varias horas de correr. Habían avanzado mucho, y el paisaje cambiaba a mayor profundidad. La luminosidad de las antorchas cibernéticas de Doctor Neutrón y Guardián Nocturno, les permitían ver como si estuviesen a plena luz del día.

De pronto, tras pasar por un túnel angosto, llegaron hasta un lugar muy peculiar, en el que se detuvieron. Era una galería increíblemente amplia, de terreno plano, y que terminaba abruptamente en un precipicio.

Al asomarse en ese acantilado, la visión era única. Allá, abajo, un gran lago de aguas cristalinas se alimentaba de los flujos subterráneos de agua. En su orilla, crecían gigantescos hongos, mucho más grandes que el triple del tamaño de un humano promedio. Se oía el sonido de una cascada en el ambiente, y aunque no se veía el final del lago, a lo lejos, el vapor indicaba la presencia de lava.

Pero lo más sorprendente del lugar, era su luminosidad. En el techo, los gases, eléctricamente cargados, provocaban un efecto de luz único. Doctor Neutrón, Mindreader y Guardián se acercaron al acantilado, a observar el espectáculo subterráneo.

- Es increíble… - Neutrón no pudo disimular su asombro – Es como si todo lo que Julio Verne describió, fuese real…

Mientras, Delta avanzó unos pasos, y notó que Animal estaba extrañamente quieto. Se acercó. Lo observó, y él pareció no prestarle atención. Estaba mirando fijamente un angosto agujero, por donde parecía seguir el camino. Delta se dirigió al agujero. Balam se agitó repentinamente.

- ¿Qué es ese olor? – dijo el héroe de Centroamérica.

Delta ya había llegado a la abertura del agujero, sin que Animal se moviese un centímetro. La defensora asomó su cabeza, y de pronto, se dio cuenta de lo que pasaba. Con un grito intentó alertarlos a todos.

- ¡¡Cuidado!! ¡Son gases letales! ¡Moriremos en pocos segundos si no hacemos algo!

Trató ella de controlarlos, pero sus poderes no funcionaban con esos gases. Retrocedió, y un chorro de gases tóxicos salió expulsado desde el agujero, junto con unos extraños bichos de gran tamaño.

Alarmados, ninguno supo qué hacer. La muerte estaba cerca. Pero de pronto, y tras pensarlo unos segundos, Doctor Neutrón levantó sus manos, y con un extraño resplandor, los gases letales reordenaron sus moléculas, y se transformaron en oxígeno.

Aliviados, todos miraron con sorpresa al Doctor. Pensaban que sus aparatos tecnológicos eran su única herramienta.

- ¡Doctor! ¡Usted tiene poderes! – exclamó Delta - ¿Por qué no los usó nunca antes?

- Es una larga historia… - respondió algo apesadumbrado – Puedo reestructurar la materia, reordenando sus moléculas y átomos… Pero no es tan simple para mi usarlo… Quizás algún día les explique…

Animal aún no salía de su estupor. Esta vez fue Balam el que se acercó al agujero por donde habían salido los gases. Aún había un fuerte y extraño olor. Metió su cabeza, y lo que vio al otro lado, fue horripilante. Criaturas realmente asquerosas, adheridas al techo, alimentándose de la contaminación de la tierra.

La escena era tétrica. Balam volvió hacia donde estaban sus compañeros. Les contó lo que vio, pero fue interrumpido por Animal, quien al fin rompió el silencio, pero sólo para exclamar, con voz quejumbrosa, lo que acababa de descubrir.

- Realmente… la Tierra está muriendo.


Continúa...
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