27.5.09

Extincion #1

“Allegro” (1 de 2)
Historia: Rodrigo Roa.

I

La tormenta que azotaba Windham era de una intensidad única, nunca antes vista. El cielo oscuro hacía que el día pareciese una noche eterna. Los vientos huracanados arrasaban con la ciudad, y los damnificados eran cientos. No había forma de detener la catástrofe. No había forma de luchar contra la naturaleza.

Allí se encontraba Defensores Unidos, tratando de ayudar a la gente a escapar del desastre. Con el viento reinante, ni siquiera podían oírse entre ellos, y apenas podían moverse con libertad, así que Lady Star mantenía un puente telepático con el resto del equipo.

- Snowstorm debe estar en algún lugar de la ciudad. Aún detecto su presencia, cerca… Pero hay algo que distorsiona todo… Una presencia mayor.

Mientras explicaba esto, protegían a la gente, y la alejaban de la ciudad. Lady Star estaba preocupada, además, porque las catástrofes se repetían a través del mundo. Interminables incendios en Europa, una extraña nevazón en África, y grandes inundaciones en Asia mantenían al mundo en vilo.

De pronto, la líder del equipo recibió una señal telepática desde oriente. Shaman se comunicaba con ella, para solicitar el apoyo de Defensores Unidos. El héroe de la India describió la presencia de un gigantesco ser, hecho completamente de agua, contra el que los Guardianes de Oriente estaban combatiendo, en Indonesia.

La heroína pensó en acudir, pero también sabía que se necesitaba su ayuda en Windham, y otros lados de América. En ese momento, llegaron refuerzos: el R-Squad.

- No somos los únicos que venimos aquí – dijo Liebre, líder del R-Squad, a Lady Star – Los de la S.O.S. llegarán en unas horas.

Al escuchar esto, la heroína se volvió a plantear la posibilidad de viajar a oriente. Decidió, entonces, confiar en alguien, y planificar los siguientes pasos de su equipo. No podía dejar a alguien demasiado poderoso, porque lo necesitaría en Asia, pero necesitaba alguien de su absoluta confianza. Tomando un riesgo, decidió darle la oportunidad a alguien en quién veía mucho potencial.

- ¡Blackbird! Quiero que te quedes a cargo del trabajo en Windham. Creo en ti…. Recibirás apoyo del R-Squad y S.O.S. – explicó Lady Star – Los demás vendrán conmigo… Iremos a Indonesia.

- Confía en mí, no te defraudaré – respondió el joven Blackbird.

- Lady Star – interrumpió de pronto el Hombre de Fuego – Yo… no me siento muy bien… Mis poderes no funcionan del todo… normales… y me siento débil.

- ¿Estás seguro de eso, Justin? – preguntó la defensora.

- Si, Lady Star… Es muy extraño, pero es como si hubiese perdido el control de mis poderes… - respondió él.

- Muy bien, vete a casa Justin. Recupérate, y apenas puedas, ponte en acción. El mundo nos necesita. ¡Los demás, vamos! Oriente nos espera.

II

Animal despertó en un lugar muy distinto al que esperaba encontrarse. Era una playa, y reconoció a la distancia a los arrecifes de coral: estaban en Australia. A su alrededor, los demás Centinelas estaban en el suelo.

Con sus sentidos descubrió que no estaba muy lejos de Sydney. Delta fue la siguiente en levantarse.

- ¿Qué sucedió? ¿Cómo llegamos hasta aquí? Se supone que íbamos a Alemania…

- Es la tierra, Delta… – respondió Animal – Algo sucede que no está bien… Siento furia… mucha furia.

Ambos miraron hacia el mar. El cielo era gris oscuro, y las aguas no estaban quietas. Las olas rugían, creciendo poco a poco en su intensidad y tamaño, y el clima amenazante hacía más inquietante la escena.

- ¿Y qué haremos ahora? – preguntó Mindreader, que también se ponía de pie.

- Este continente, Oceanía, no tiene un representante entre nosotros. Tengo una idea… Ustedes repónganse, mientras yo hago lo que debo hacer.

Animal se alejó un poco, y en un árbol cercano, ubicó a una pequeña ardilla. Se acercó a ella, y le transmitió un mensaje. De inmediato, la ardilla corrió hacia la ciudad. El defensor de la tierra caminó detrás de ella, mucho más lento, y esperó.

III

Defensores Unidos comenzó su viaje a Oriente, dejando atrás Windham, en manos de Blackbird y los demás. Así, Lady Star, Shark, Quick, Megabot y Quasar volaron hacia Indonesia.

En el camino, el clima comenzó a cambiar, pero todo era distinto a cómo debía ser. Una gran bandada de aves migraba, y se cruzaron con ella.

- Esto está mal – dijo Shark, quién era transportado por los poderes de Lady Star – Se supone que las aves migren hacia donde el clima les es más cómodo, y sin embargo, están volando en todas direcciones, como si no hubiese un lugar donde puedan estar.

- El clima se ha vuelto loco, Shark – respondió Lady Star – Las estaciones no corresponden, y los desastres naturales más insólitos, ocurren. Pero pareciera como si fuera más allá de un cambio de clima… es como si toda la tierra estuviese cambiando… furiosa.

Mientras tanto, en Windham, Blackbird y el R-Squad trataban de moverse a pesar del fuerte viento reinante, el cual los empujaba impidiéndoles dar un solo paso. El frío, además, penetraba sus trajes y llegaba hasta los mismísimos huesos de los defensores.

De pronto, el viento formó una figura gigantesca en el centro de la ciudad, y a un costado de ella, apareció flotando, como si fuese sostenida por el aire, el cuerpo inconsciente de Snowstorm. Blackbird la vio, y trató de ir hacia allá.

- ¡¡Snowstorm!! ¡¡Resiste!! – gritó, aunque el viento impidió que alguien lo escuchara.

Apenas Blackbird se elevó, la figura de viento extendió uno de sus “brazos”, y una gran ventisca golpeó al defensor, arrojándolo con mucha fuerza contra una pared de concreto. Snowstorm era prisionera del ser de viento, y nadie podía acercarse a ella.

IV

Guardián Nocturno ayudaba a trasladar algunos implementos a los albergues dispuestos para la gente damnificada en las recientes lluvias, en todo el continente, y especialmente en Sydney. Los reportes decían que ahora esas lluvias afectaban también a Asia.

El defensor de Australia siempre se había caracterizado por su valentía, y por su preocupación medioambiental. Lamentaba cada vez que la naturaleza respondía al daño que los hombres le hacían, y por eso intensificaba su lucha contra la contaminación, y todas las demás formas de injusticia.

Mientras cargaba un camión con algunos implementos para los albergados, la atención de Guardián Nocturno se desvió hacia la pequeña ardilla que lo miraba desde el techo de un vehículo, a pocos metros de distancia. Creyendo que se trataba de un animal perdido en la ciudad, fue hacia ella, y trató de tomarla en sus brazos.

- Ven aquí, pequeña… no te haré daño – le hablaba mientras se acercaba. Pero la ardilla se movió justo a tiempo, y comenzó a correr. Guardián Nocturno la siguió, y la vio doblar por un callejón.

Sonriendo, el defensor se dirigió al callejón, preguntándose por el origen de la criatura. Al llegar allí, unos ojos brillantes lo asustaron al principio, pero luego los reconoció, aunque su asombro no disminuyó.

- ¡Animal! ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces tú aquí? – preguntó.

- Guardián Nocturno… Necesito que vengas conmigo.

V

Al defensor de Australia no le quedó mucha opción, así que lo acompañó hasta la playa, donde Delta, Mindreader, Balam y Doctor Neutrón ya estaban de pie, y preguntándose qué había pasado, y qué harían ahora. El océano estaba más embravecido que antes, y las olas rompían con furia en la costa.

Después de que Animal presentara a Guardián Nocturno y a los otros Centinelas, éstos le explicaron lo que había sucedido.

- Nos dirigíamos en una nave hacia Alemania, tras capturar a Toxik… - explicó el Doctor Neutrón – Pero perdimos el control de la máquina, por alguna extraña razón… caímos, y despertamos aquí… Toxik escapó, y nosotros, seguramente, fuimos arrastrados por una corriente de aire, o por el mar… Pero todo es muy extraño.

- Y estábamos en plena búsqueda de Ubamba, uno de nuestros aliados… Pero ha desaparecido sin dejar rastro – complementó Mindreader.

- Sé que te preocupa la naturaleza, y que amas la flora y la fauna del mundo, Guardián Nocturno – explicó Animal – Y en nuestro equipo aún queda un lugar para un representante de Oceanía… Y ese has de ser tú.

Aunque sorprendido, Guardián aceptó, porque sabía que estos Centinelas velaban por el equilibrio entre hombre y naturaleza. Esa era la misión de Animal, y ahora también de toda su manada.

- Muy bien, muchachos. Estoy con ustedes – respondió el héroe australiano – Pero antes de cualquier cosa, creo que necesitaré su ayuda en la ciudad. Hay muchos damnificados, y…

- Esperen… ¿Qué es ese ruido? – preguntó Balam, que había estado poniendo atención a todo el entorno.

- ¡¡Noo!! ¡¡Cuidado!! – gritaron todos.

Súbitamente, una gigantesca ola se levantó desde el furioso mar, y antes de que pudieran hacer cualquier cosa, todos los Centinelas fueron aplastados por ella, y desaparecieron de esa playa.

VI

El Hombre de Fuego no había mentido. Realmente sus poderes se comportaban de manera extraña. No estaba seguro si era por su estado emocional, o si había algo más extraño sucediendo.

Una vez más estaba en casa, y se sentía mal por eso. Se estaba volviendo una costumbre que no fuese capaz de sostenerse a sí mismo, y que necesitara descansar o reponerse a menudo, yendo a casa. Se sentía cobarde y débil, y no veía ninguna solución a su situación. Trató de concentrarse y darse fuerzas. El fuego de su interior no fluía como antes, y sus poderes no funcionaban del todo.

Frustrado, y al borde de las lágrimas, se dejó caer en un sillón. Pero de su mente no podía sacar que el mundo estaba en una situación caótica, por culpa del clima, y que necesitaban su ayuda. Encendió la televisión, y vio los reportes desde Europa. Grandes incendios… fuego: allí era donde más lo necesitaban.

Apagó el televisor, y en el reflejo de la pantalla apagada, vio una gran silueta flotando en su ventana. Era como una llamarada, pero con rasgos humanos, femeninos. Justin la miró de frente, y la reconoció, aunque no era como antes.

- ¡¿Hermana?! ¡Julie, estás viva!

Extendió su mano hacia ella, pero en ese momento, un gran dolor se apoderó de su cuerpo. Comenzó a transformarse a su forma ígnea, pero sin que mediara su voluntad. No podía detenerlo. El fuego comenzó a salir de su cuerpo, mientras la Elemental del Fuego lo absorbía.

La casa de la familia Smith comenzó a arder, y rápidamente, las llamas la abrasaron completamente. Justin fue arrojado a distancia, y vio cómo se quemaba su hogar, lleno de recuerdos. Pero el dolor no se detenía, y su fuego era ahora controlado por ella, la nueva Elemental del Fuego.

El defensor cayó inconsciente y segundos después, era tomado por la mano de fuego de la que una vez fue su hermana. Estaba envuelto en llamas, al igual que su antiguo hogar.


Continúa...
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