15.4.09

Star Crusade: Primer Contacto

“Contactos” (1 de 3)
Historia: Rodrigo Roa.

I

En la vastedad del universo, reina el silencio. Los astros y los cuerpos celestes danzan en armonía, al ritmo de la gravedad. Pero comparado con su inmensidad, es como si nada se moviera en el espacio infinito.

Una patrulla de la Policía InterPlanetaria viaja lentamente, vigilante. Ingresando al Sistema Solar, los tripulantes de la nave no parecen muy contentos con su misión.

- No sé para que nos hacen venir a este Sistema, si desde el fin de la Guerra, nada pasa aquí. Todo es tan calmado…

- Si, tienes razón. Si no fuera porque en este Sistema planetario está la Tierra… Esa es la única razón para que nos tengamos que aburrir en esta nave.

Ambos tripulantes, miembros de la Policía InterPlanetaria, sabían que su misión era sólo de reconocimiento, y que era muy difícil que algo ocurriera. Tal como decían, el Sistema Solar estaba en una permanente calma desde hace años, y sólo la Tierra estaba habitada, así que, aparte del planeta azul, no había más razones para preocuparse de esta zona de la galaxia.

La nave se movía lentamente por el espacio. Los primeros cuerpos del Sistema se acercaban. En la lejanía se veían Plutón, Quaoar y otros planetoides. De pronto, un extraño brillo llamó la atención de los patrulleros. Era una masa gigantesca de puntos que brillaban en la lejanía. No coincidía con ningún cuerpo celeste antes catalogado en esa zona del espacio.

Intrigados, realizaron cálculos posicionales, y descubrieron que este fenómeno se extendía por varios años luz. Sin embargo, más les sorprendió saber dónde estaba exactamente ubicado.

- Esta nube de luces está… justo donde antes estuvo… ¡la Nube de Oort!

- Debemos avisar al Comando Central, y al Consejo. Ellos deben saber lo que ocurre.

Los patrulleros se acercaron, y tomaron muestras. Los puntos luminosos resultaron ser pequeños cristales… de Energía Cor.

II

- Atención, Comando Central – dijo la transmisión de los patrulleros – Hemos encontrado una anomalía….

En el Cuartel General de la Policía InterPlanetaria, los ingenieros encargados de la comunicación configuraban los comandos para recibir la transmisión, mientras por los pasillos del lugar avanzaba el nuevo Comandante de este cuerpo de fuerzas del orden, el hombre llamado Marth-Senn, pero más conocido como Overtaker.

- Dígame, que tenemos – dijo Overtaker, al llegar al salón de comunicaciones.

- Es una transmisión de la patrulla OY-25, desde el Sistema Solar – respondió el ingeniero.

A través de una pantalla y unos altoparlantes, se comenzó a oír la explicación de la anomalía que habían encontrado, a pesar de las pequeñas interferencias.

- Hemos hallado… tzzz… una nube de pequeños cristales de gran luminosidad… Tras los análisis… tzzz… hemos concluido que se trata… de Energía Cor… tzzz…

De pronto, una luz cruzó la pantalla, se oyeron los gritos de ambos patrulleros, y la transmisión se interrumpió para siempre. Overtaker y los presentes se alarmaron, y de inmediato comenzó un agitado movimiento.

- Pónganme en contacto con el Consejo… - ordenó el Comandante – Esto es grave.

Mientras, en el Sistema Solar, la nave de los patrulleros flotaba, reducida a pedazos, tras ser atravesada por un poderoso ataque. Había sido cortada, por una especie de cuchillo de energía, y la vida de los dos patrulleros se había perdido.

III

El Consejo InterPlanetario fue avisado de inmediato. Lorgann, representante de la Tierra, y actual líder del Consejo, pidió reunirse con el Comandante de la Policía. Sentados en uno de los salones de la oculta sede del Consejo, Overtaker le expuso la situación, y ésta preocupó a Lorgann.

- La explicación más probable es la destrucción de la Nube de Oort, en el combate del Capitán Cometa contra Tharabas y sus guerreros – dijo, tras pensarlo un momento.

- ¿Qué sugieres que hagamos? – preguntó Overtaker.

- Debemos tomar medidas importantes – dijo el líder del Consejo – Lo que más me preocupa es el ataque que sufrieron los patrulleros… La Energía Cor no debe caer en las manos equivocadas…

- Lamentablemente, los patrulleros se llevaron el secreto de lo que les pasó, a la tumba.

- Pues entonces, una de tus prioridades, debe ser investigarlo – dijo Lorgann – Si hay alguien interesado en esos cristales… debemos, a lo menos, conocer su motivación… Y si es necesario, detenerlo.

- Entiendo, Lorgann. Ahora, si me permites… He de poner en marcha nuestras acciones.

- Muy bien, Marth-Senn… Confío en que harás lo mejor para el universo. Mantenme informado, por favor – dijo finalmente Lorgann.

Overtaker volvió al Cuartel, a través de los teletransportadores del lugar. No se permitía a nadie saber donde estaba ubicada la sede del Consejo, así que este era el único medio de transporte posible.

El Comandante dio una serie de órdenes, para poner en marcha a la Policía. Pero él no ordenaba nada que él no hiciera también. Así, tan sólo unas horas más tarde, él y un escuadrón de la Policía salían rumbo al Sistema Solar.

IV

La comitiva se desplazó a toda velocidad hasta el lugar donde la patrulla de la Policía InterPlanetaria había sido atacada. Overtaker, en su “motocicleta espacial”, era seguido por tres naves, donde los policías recogían datos y se preparaban para cualquier eventualidad que pudiesen encontrar.

El Sistema Solar parecía estar en calma una vez más. El Sol brillaba a la distancia, en el centro de este sistema planetario, y los pequeños planetoides daban la bienvenida a los viajeros. Pero había algo que llamaba aún más la atención de todos ellos.

Allá, a unos pocos años luz de distancia, y cubriendo todo su rango de visión, se extendía por varios kilómetros una nube de pequeños puntos luminosos, que impresionaban por su belleza y su brillo… pero que asustaban, al pensar en la inmensa cantidad de poder que se alojaba en ellos.

Una vez que se acercaron, comenzaron a toparse con los restos de la nave de patrulla, que estaban cortados, como si el ataque que sufrieron se tratara de un gran cuchillo o una gran navaja. No había ninguna pista más.

Overtaker estaba impresionado. En todo momento le transmitía lo que veía a Lorgann, y otros miembros del Consejo, que estaban en contacto con él. Los policías hicieron mediciones, y enviaron todos los datos al cuartel general. Tenían que crear alguna forma de recolectar todos esos cristales de Cor, no podían dejarlos ahí para que alguien los tomara. Era demasiado poder.

En eso, el Comandante de la Policía InterPlanetaria comenzó a observar fijamente la nube de cristales, y se dio cuenta de algo: la nube tenía una forma regular, simétrica, que incluso facilitaba el cálculo de la cantidad de cristales, pero había un sector en el que se cortaba abruptamente.

- Lorgann… - dijo, preocupado – Creo que tenemos un problema…

- ¿Qué sucede, Marth-Senn? – preguntó Lorgann.

- Creo que aquí no está toda la Energía Cor que debiera estar… Quizás haya muchos cristales que ya hayan viajado por el universo… Pero hay algo peor… Creo que alguien ya se llevó bastantes… - Overtaker hizo una pausa, que se hizo eterna, y luego dijo lo que todos temían – Alguien los está recolectando…


Continúa...
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